Pequeño pueblo, ubicado en tierras blanquinosas, esteparias. Alberga varias casas solariegas, algunas de ellas blasonadas, Tiene una bonita iglesia. Y una curiosa balsa. También un bar frecuentado por escaladores que van o vienen de la próxima Foz de Zafrané (que es un desfiladero de 2 km de longitud).
Una partecita de la Foz de Zafrané |
En esta localidad nació Juan Antonio de Artigas, quien emigró al Río de la Plata; posteriormente participó en el proceso fundacional de Montevideo, donde se estableció. A su vez, fue abuelo del prócer uruguayo José Gervasio Artigas. Un busto lo homenajea.
En el solar de lo que fue la casa familiar de los Artigas, se levanta la Plaza de la Integración, diseñada por el arquitecto Luis Peña (compañero mío del cole). Proyecto financiado por el Estado Uruguayo e inaugurado en un muy emotivo acto por el expresidente uruguayo José Mújica, en septiembre de 2015.
El expresidente José Mújica en el acto de inauguración |
También nació aquí el astrónomo Victoriano Zaragozano y Gracia Zapater, en cuyo honor se nombró el Calendario Zaragozano. Lo explico:
Médico, filósofo y maestro en artes, Victoriano Zaragozano y Zapater nació en La Puebla de Albortón en 1545, y murió en su pueblo en 1602. Su afición a los calendarios o almanaques, que ofrecían predicciones del tiempo con proyección anual, encontró en la época a otro gran entusiasta que sería, de algún modo, rival en reconocimiento: el valenciano Jerónimo Cortés. Zaragozano hizo varios lunarios y repertorios, tanto en el ámbito local como en el europeo, amén de un tratado para curar la peste sin ayuda de la medicina tradicional. Su figura inspiró siglos después a otro científico de la tierra, Mariano Castillo (natural de Villamayor) que en 1840 publicó la primera edición del célebre Calendario Zaragozano, que sigue publicándose a día de hoy, tanto en papel como en internet.
De las canteras ornamentales de la zona de Zafrané, añado algo más: su belleza es espectacular y funcional. Es un material tradicional de uso en los palacios aragoneses desde la Edad Media. Hay piedra de la Puebla de Albortón en la Basilica del Pilar (en la Santa Capilla) y en los pavimentos de La Seo. Tmb en la Estatua del Batallador (leer la interesante placa que hay en el estanque a sus pies).
También es reseñable la antigua estación de tren y el conjunto de casas con zona de recreo de la Cantera de la Princesa (buscadlas).
Belchite:
Tras visitar La Puebla, vamos hacia Belchite. Un poco antes de Belchite llama poderosamente la atención la ermita del Pueyo, que es parecida al Pilar de Zaragoza -pero en pequeño- muy bonita y esta rodeada de pinar. Un sitio para pasar un día con familiares y amigos.
Tiene unas vistas bonitas que transmiten la dureza de sus gentes, ahora está en plena restauración, ya la necesitaba. Espero que recupere su esplendor original.
Del Belchite viejo todos sabemos todo. Del Belchite nuevo, me llama mucho la atención el peculiar estilo arquitectónico de los edificios principales. Y los no tan principales.
Darse un paseo por el pueblo nuevo es toda una experiencia estética.
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