El genio creador nacido en Alcalá de Henares dice que don Quijote y Sancho Panza habían llegado a Aragón a fin de participar en unas justas que se anunciaban en Zaragoza y lo habían hecho siguiendo el curso del río Jalón desde su manantial en tierras de Soria, cerca de Medinaceli, hasta su confluencia con el río Ebro, aguas arriba de la capital.
Allí, aparte del chapuzón sufrido, la fortuna les hizo coincidir, apenas reanudado su camino por la orilla, con unos cazadores a cuyo frente iban unos duques que, “por haber leído la primera parte desta historia, en seguida los reconocieron y, con grandísimo gusto y con intención de divertirse a su costa, les invitaron a su palacio”.
Ese edificio parece ser el palacio de Villahermosa, situado en la villa de Pedrola. Y muy cerca está Alcalá de Ebro, una pequeña aldea al lado del río que pertenecía también a los duques (Carlos de Borja y María Luisa, primos entre sí) y de la que, siguiendo con sus divertimentos, estos hicieron a Sancho Panza gobernador tras convencerle de que se trataba de una verdadera ínsula.
La entrega de la ínsula Barataria fue utilizada por el Caballero de la Triste Figura como promesa a Sancho para convencerlo y le acompañara en sus aventuras. Pero, “la séptima noche de los días de su gobierno”, harto y hambriento, el fiel escudero del hidalgo abandonó la ínsula no sin antes rogar por su antigua libertad.
No sabemos muy bien por qué se fijó Cervantes en Alcalá de Ebro (¿quizá porque era originario de Alcalá de Henares?), pero lo cierto es que las descripciones de Cervantes en su libro se ajustan tanto al palacio ducal de Pedrola como a Alcalá de Ebro, que durante las crecidas del Ebro casi se convierte en una isla al estar rodeado por el río. Sobre todo en primavera. Quizá también porque Cervantes se hospedara en Pedrola como paje del cardenal Julio Aguaviva y Aragón en el invierno de 1568.
¿Qué permanece en Pedrola y en Alcalá de Ebro del delirio cervantino? En la primera sigue el palacio ducal, que domina la plaza del pueblo. Además, una de las calles principales de Pedrola se llama Miguel de Cervantes.
En Pedrola existen dos tesoros arquitectónicos, que son la iglesia de Nuestra señora de los Ángeles y el Palacio de los duques de Villahermosa. Ambos unidos gracias a Dª Luisa de Borja y Aragón, quien en el siglo XVI mandó realizar un pasadizo desde el Palacio a la iglesia parroquial para poder acceder de su casa a la iglesia directamente.
Su iglesia parroquial y el Palacio ducal de Villahermosa fueron declarados conjunto histórico-artístico por decreto en enero de 1976.
Palacio ducal de Villahermosa: imponente edificio de estilo mudéjar aragonés de principios del siglo XVI, construido a ladrillo, del que sobresale el amplio balconaje de la planta noble y la puerta principal. Pertenece al Ducado de Villahermosa.
En él se pueden destacar su biblioteca y su sala de baile, así como las pinturas de Roland de Mois (quien vino a Zaragoza en 1559 en el séquito del duque de Villahermosa como pintor privado suyo), obras en bronce de Carderera (copias de las pinturas de Roland de Mois en el siglo XIX), y muchas más pinturas de José Antolínez, Giambattista Tiepolo, Goya (en especial su retrato de Ramón Pignatelli, en la biblioteca del palacio), Francisco Bayeu y Sorolla. Además de muebles de época, porcelanas de Sèvres, tapices de Gobelinos y artesonados renacentistas.
Su bello jardín es de estilo italiano, tiene una extensión de 10 hectáreas (20 campos de fútbol).
Hoy en día es un muy lujoso hotel, donde se celebran importantes -y caras- bodas. Menús a partir de 135 €.
Parroquia de Ntra Sra. de los Ángeles: El edificio actual es el resultado de dos ampliaciones, sobre un edificio del siglo XIV.
A los pies del edificio, a su lado derecho se encuentra la Torre de planta cuadrada, construida sobre un arco de medio punto. Tiene tres cuerpos y a finales del siglo XIX, debido al deterioro producido por una chispa eléctrica, se sustituyó el antiguo chapitel por un cuerpo de forja de forma octogonal, culminando con una cruz y veleta sobre esfera de hierro.
Hito cervantino en Pedrola: Miguel de Cervantes plasmó en la segunda parte de su Universal Don Quijote de la Mancha sus recuerdos, en pluma, de su estancia en este palacio, en esta Villa, y que han quedado para la historia, como son la Ínsula Barataria (en la cercana Alcalá), o "Bonavía a tiro de piedra del Palacio ducal" (por cierto, hay un precioso hotel en Pedrola -a la orilla de la carretera nacional- llamado Hotel Castillo Bonavia, que tiene una web de rechupete, pues organiza muchos eventos y bodas).
Cervantes conoce Pedrola en torno al 30 de diciembre de 1568. Viene acompañando al nuncio Giulio Acquaviva, que por encargo del papa Pio V, había salido de Italia el 19 de septiembre, y que desde el 13 de octubre se encontraba en Madrid.
Venía el nuncio, con sus 21 años, a traer las condolencias a Felipe II, por la muerte de su hijo, el Príncipe Carlos, que había fallecido el 24/07/1568, joven de 23 años. Pero, en las fechas de su viaje desde Roma , va a fallecer también, la tercera y joven esposa de Felipe II, Isabel de Valois. Precisamente en las exequias de Isabel de Valois, de 22 años, el 03/10/1568, es cuando Acquaviva conocerá en Madrid y escuchará al joven poeta Miguel de Cervantes de 21 años. Es 1568.
1568 es un año decisivo para la vida de Miguel de Cervantes.
Ha mantenido un duelo a espada, en las proximidades del Palacio de Oriente, con el pintor de la corte Antonio de Sigura, por defender el honor de su hermana Andrea. Prepara los versos en honor de la reina. Posiblemente recibe una sentencia condenatoria por el duelo a espada, y sabiendo que el nuncio tiene pasaporte y licencia para abandonar España y regresar a Italia (documentación otorgada por el rey y fechada en Aranjuez 20/12/1568), consigue formar parte del séquito del nuncio para salir de Madrid, y pasando por Pedrola, dirigirse a Roma. Según el pasaporte regio, disponen de 60 días para abandonar suelo del Reino de Aragón.
Cervantes conoció Pedrola en los últimos días de 1568, acompañando al nuncio y alojándose en el Palacio que Martín de Aragón, IV Duque de Villahermosa, acababa de embellecer. Conoció entonces a la duquesa, segunda esposa de D. Martin, desde 1566, María Pérez de Pomar, (puesto que la primera esposa Luisa de Borja y Aragón, la santa Duquesa, había fallecido en 1560).
En Alcalá se erige la escultura de un meditabundo y verde Sancho Panza que recuerda que el viajero se halla en una región literaria de trayectoria universal. “Hoy día, a tantos de tal mes y de tal año, tomó posesión desta ínsula el señor don Sancho Panza, que muchos años la goce”; así reza el pie del monumento.
Una estatua hecha en bronce en la que se ve a Sancho solo y cabizbajo, tal vez recordando los malos momentos y las burlas a las que se veía sometido en la Ínsula.
Tal y como cuenta la novela, los duques de Villahermosa entregan a Sancho Panza una isla, conocida bajo el nombre de Ínsula Barataria, de la cual le nombran gobernador y en donde el escudero de Don Quijote es sometido a diversas y crueles burlas (mirarlas en El Quijote).
La verdad es que a pesar de que Alcalá de Ebro es una localidad de interior y que no tiene relación ninguna con el océano, las crecidas del Ebro por esta zona han hecho que históricamente el pueblo se haya visto rodeado de agua muchas veces, dándole ese aspecto de ínsula con el que aparece en la novela. Lo de "barataria" es referente a lo barato que le salió el ser gobernador de allí a Sancho Panza, pues fue un «regalo» de los duques de Villahermosa.
Alcalá, a pesar de su reducido tamaño cuenta hoy día con más elementos quijotescos que nos hacen rememorar escenas del Quijote en la cabeza. De hecho, ya en la fachada del ayuntamiento puede verse una placa en la que se anuncia que Alcalá de Ebro fue el lugar elegido por Cervantes como localización de la Ínsula Barataria, sede del gobierno de Sancho Panza. No es lo único que ha hecho el ayuntamiento por el escritor del Quijote, quien también tiene con su nombre una de las principales calles del pueblo. Y por supuesto, la citada escultura de Sancho Panza.
No solo de las andanzas del Quijote y su fiel escudero vive la historia de Alcalá de Ebro. Las primeras noticias relativas a la localidad hacen referencia al castillo de origen musulmán que a orillas del Ebro formaba parte del sistema defensivo de la ciudad de Zaragoza.
Además, desde 2001, en Alcalá existe una finca -situada en el campo- para celebrar bodas y eventos, llamada "Finca Ínsula Barataria", con diferentes espacios rodeados de arbolado y lagos naturales. Preciosa web tiene.
3 preciosos sitios para celebrar bodas en muy poco espacio. Todo un lujo.
(Y hablando de sitios bonitos para celebrar bodas y eventos, es obligado conocer la existencia en Cuarte de Huerva de "Viñedos Rhey", de estilo Falcon Crest, sorprendente. Ver web, please.)
Viñedos Rhey |
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