Sin embargo, muchos, muchos adultos de la capi ni siquiera conocen su existencia.
Es muy curioso que el agua de la cascada es el río Huerva derivado, debido a la colmatación absoluta del pantano romano y que en ese punto vuelve a su cauce original.
El pantano romano colmatado es hoy una rica huerta.
La presa romana es una curiosidad histórica importante. No perderse la visita a la ermita que está encima de la presa. Aparte de bonita, tiene pinturas de Goya. También tiene una placa de cerámica que recuerda que en el siglo XVIII una riada reventó la presa de Mezalocha (5 km aguas arriba), llegando el agua a inundar la ermita hasta la altura de 170 cm.
Me llama poderosamente la atención la pureza del agua que hay en el estanque situado justo debajo de la presa. Investigando, he descubierto que ese agua es tan limpia y cristalina porque es nada menos que filtración del Huerva por debajo de la presa. Y es que aunque el río está desviado, una parte del agua sigue el curso de siempre (o sea, por el fondo del valle), filtrándose en los sedimentos del pantano y pasando por debajo de la presa. Tras esa filtración natural, aparece con una pureza casi celestial. Vale la pena detenerse un rato a saborearla.
El pantano de Mezalocha es el silencio absoluto. Y la contemplación de sus rojizas paredes contrastando con el azul del agua es espectáculo superior.
En verano es posible bañarse. Otra delicia.
La presa actual ya está viejita (es de 1906) y es bonito ver la piedra gastadita. Para hacer buenas fotos. Tiene más de 40 metros de altura.
El coche se deja en el pueblo de Mezalocha, cerca de las piscinas. Bonito paseo para llegar a la presa.
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