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miércoles, 18 de noviembre de 2020

Balsete del Royo y Cabezo de las Zorras

Hace años que sentía la curiosidad de saber qué cosas hay yendo por el camino que nace a la derecha de la entrada del Cementerio, hacia el Sur. Sí, ese camino que llaman del Club de Tiro. Ese camino que lleva a las estepas del Sur de Zaragoza.

Chicos, chicas: ese camino da mucho de sí. La cantidad de excursiones para descubrir sitios es grande...Y grande, no; inmenso es el tamaño del territorio al que se accede desde allí.

Este otoño, con el confinamiento perimetral del término municipal de zgz, he empezado a investigar en detalle esta amplia zona. Es una zona delimitada:

- al Norte, por la autovía Z-40 y el Canal Imperial

- al Este, por la carretera de Valmadrid

- al Sur, por la Plana de María. Y los barrancos que parten de ella hacia el Este y el Oeste

- al Oeste, por el valle del Huerva.


O sea, una gran inmensidad.



Hoy, os traigo un par de sitios, cercanos entre sí, que os darán una breve muestra de ese vastísimo territorio, paraíso de algunos moteros de trial, muchas mountain bike, corredores de fondo y paseantes solitarios hambrientos de silencio e inmensidades.


El balsete del Royo está a un lado del Camino Viejo a Torrecilla de Valmadrid, a unos 2,5 km de pasar la Z-40, hacia el Sur. Es una pequeña balsa, con un simpático y bello centro de carrizo en el medio de la balsa. No os perdáis de observar el mini-refugio que hay en su lado Oeste.





De la balsa nace un camino, que es más bien una senda ancha, que se ve claramente que sube al cabezo que se ve a la izquierda, a unos 500 metros. Ese es el Cabezo de las Zorras (402 metros de altitud).

En 20-25 minutos se sube a lo alto del cabezo. Es la primera altura que sobrepasa los 400 metros yendo hacia el Sur, dentro de este territorio. La subida es fácil. Las vistas desde arriba son buenas e interesantes: se divisan las 4 muelas que rodean Zaragoza (Plana de María, La Muela, los Montes de Zuera y la Sierra de Alcubierre), la ciudad de Zaragoza y, en días claros, el Moncayo y el Pirineo.

Sobre el camino, hay bellos yesos hermosamente cristalizados e interesantes alabastros. Estamos en pura estepa, con suelos blanquecinos, vegetación de "piel de leopardo", olor a tomillos, ontinas,... Y muuuucha luz, amplísimos horizontes vacíos, muuuuucho silencio...... A algunas personas urbanitas les puede impactar. A mí, me sigue impresionando. 

Si uno se fija, en la estepa hay mucha más vida de lo que parece. Y eso, asombra mucho. Descubridlo por propia experiencia. Pues el sitio es -aparentemente- muy inhóspito. ¡Vamos, nivel de sensualidad: cero!

Los paseos por la estepa zaragozana me gustan mucho. Entre otras cosas, porque me hacen valorar la abundancia casi paradisíaca de lo que tenemos en las zonas de regadío. Y todas las comodidades que ha sabido desarrollar allí el homo sapiens...

Desde hace muchos años, vengo recomendando pasear tranquilamente por las estepas que rodean zgz. Despejan mucho la mente y oxigenan grandemente el cuerpo. Y además, nos reconcilian con el entorno, pues parece que los zaragozanos vivamos de espaldas a él, ignorándolo y despreciándolo. Aunque cada vez menos, afortunadamente.


En la foto siguiente, se ve el balsete y detrás, el Cabezo de las Zorras:




En este tramo, el Camino Viejo a Torrecilla de Valmadrid coincide con el Camino Viejo a Fuendetodos. Por él pasó Goya cuando vino a Zaragoza.


Este territorio es el comienzo hacia el Sur de una enorme extensión con bajísima densidad de población: dentro del amplio espacio delimitado por la Autovía Mudéjar (hasta Caminreal), la carretera nacional 211 (desde Caminreal hasta Montalbán), la carretera autonómica A-222 (que va desde Martín del Río hasta El Burgo de Ebro) y la carretera de Castellón (desde zgz hasta el comienzo de la A-222), los pueblos tienen muy poquita población. Los más grandes son Herrera de los Navarros y Azuara, que no llegan a los 600 habitantes. Fuendetodos no llega a los 200. 

Y sobre el perímetro de ese espacio, sólo superan los 3000 habitantes (a excepción de Cuarte, Cadrete y María): Cariñena -3300 habitantes-, Calamocha -4600 habitantes- y Utrillas -roza los 3000-.

En estas estepas tan vacías, suenan con más fuerza los versos de la canción "Aragón" de Labordeta. Los 8 primeros versos dicen:

Polvo, niebla, viento y sol,

donde hay agua, una huerta.

Al Norte los Pirineos:

Esta tierra es Aragón.


Al norte los Pirineos,

al Sur la sierra callada.

Pasa el Ebro por el centro, 

con su soledad a la espalda


Este territorio es parte de la sierra callada. Sin duda.


Para acabar, dos consejillos:

- id allí en un día de buen tiempo. Evitad los calorazos del verano, los cierzos y las nieblas del invierno. Y los días de lluvia. Pensad que estáis en medio de la nada.

- las vistas desde el Cabezo de las Zorras pueden mejorar mucho en el amanecer y en el atardecer. No lo he probado aún y me gustaría mucho. Porque con la iluminación de Zaragoza, el tema visual puede ser muy, muy interesante.


¡Qué especial es el silencio de la estepa!

viernes, 13 de noviembre de 2020

Montañana

Barrio de zgz, entre Santa Isabel y Peñaflor. Unos 3000 habitantes. Su casco urbano va siguiendo la carretera, que llaman Avenida, y -dicen- es una de las más largas de Europa, ya que tiene casi 7 kilómetros de longitud.

Tiene gran tradición de agricultura de regadío. Y también una larga tradición industrial, ya que en 1865 se fundó lo que en la actualidad es la fábrica papelera "La Montañanesa" influyendo en el desarrollo industrial del barrio y de Zaragoza. Actualmente pertenece al grupo Torraspapel.

La iglesia es tardogótica de comienzos del siglo XVI, con una importante reforma y ampliación decimonónica.





En un lateral, tiene un muy simpático mural de cerámica:







Por sus huertas, hay muchas urbanizaciones de chalés.


CASA DEL DIRECTOR:

La Casa del Director de la antigua fábrica papelera La Montañanesa está declarada Bien Inventariado del Patrimonio Cultural Aragonés. 

Está a la orilla de la carretera, justo en la entrada a la fábrica.

La antigua vivienda del director es un inmueble aislado con respecto al resto del conjunto del pueblo y puede datarse hacia los años 20 del siglo XX. Desde un punto de vista estilístico, se distingue por su volumen compacto y elegante, así como por diversos elementos en fachada que denotan su inspiración en el modelo de hotel o chalet exento burgués de comienzos de siglo XX, dentro de la arquitectura eclecticista. 

Sin embargo, la singularidad de este edificio es su naturaleza industrial y su condición de vivienda del director o ingeniero responsable de la fábrica. Si bien en ella no se realizaban estrictamente operaciones industriales, la vivienda del director o ingeniero de una fábrica era una instalación imprescindible en los conjuntos fabriles.

Desde los comienzos de la Revolución Industrial, una característica de las ciudades-factoría o ciudades-industriales era la fuerte jerarquización de espacios, reservándose espacios habitacionales diferenciados para los obreros de la fábrica y para sus responsables técnicos y altos cargos de la factoría; estas últimas viviendas se proyectaban con mayor ambición arquitectónica, con zonas verdes y otra serie de comodidades. 

En Puertollano (Ciudad Real), hay un extenso barrio donde esto se aprecia muy bien. Os animo a que visitéis esa interesante población industrial manchega. Hoy día nos suena muy extraño todo esto. En Utrillas y Escucha creo que esto también se dió.

En el caso de las antiguas instalaciones de La Montañanesa, nos encontramos con el mismo concepto de jerarquización espacial, con unas viviendas para empleados de más rango y para la Dirección incluidas en el complejo, señalizándose el carácter residencial de esta última. Esta tipología de vivienda patronal en un contexto fabril es un modelo que apenas se ha conservado en la mayoría de los conjuntos industriales históricos de Aragón, conservándose contados ejemplos de la misma en nuestra comunidad autónoma.

Se trata de un inmueble de dos plantas con cubierta a 4 aguas. Aunque de composición sencilla, posee una evidente voluntad de prestancia y una elegante combinación de elementos constructivos y decorativos. Como elementos horizontales, destacan la línea de imposta con decoración cerámica azul y blanca entre hiladas de ladrillo, que marca la separación de ambas plantas, y el cornisamento con un sencillo alero de ménsulas de ladrillo.


A unos 100 metros al Sur, entrando por un callejón desde la carretera, hay un edificio que tiene pinta de ser de la misma época y de haber sido concebido como residencia de mandos interemedios o de obreros. Ya me diréis vuestra opinión.










viernes, 6 de noviembre de 2020

Azud del Rabal: ¡cuánto sabían -y podían- los romanos!

Hace unos 2 años, me encontré en internet una alucinante hipótesis de Historia:

Es sobre el aprovisionamiento de agua potable a la Cesaraugusta romana: que si al Ebro era muy difícil sacarle agua potable por su poquísima pendiente y porque sus riadas eran temibles, que si el Huerva tenía poco caudal, que si la celtíbera acequia de la Almozara, que suministraba agua a la pequeña población de Salduba, llegaba solo hasta el borde occidental de la nueva muralla (la acequia venía por aproximadamente la actual calle San Pablo y plaza San Felipe) y no hasta el borde sur, pudiendo así dominar toda la nueva ciudad. 

Los romanos querían para Cesaraugusta una red de agua potable para toda la ciudad. Para ello, decidieron valientemente traer agua del Gállego (de aún mayor calidad que la del Jalón) y que entrara a Cesaraugusta por el que hoy es el Puente de Piedra mediante un sifón, consistente en una tubería metálica de plomo -¡de nada menos que 379 mm de diámetro interior!- apoyada sobre el puente. Y que desde allí, llegara hasta un gran depósito que estaría en las proximidades de Puerta Cinegia, a cota 204. Depósito que ya existía y que era escasamente atendido por una acequia humilde que venía desde el Huerva. Desde allí, por gravedad, se distribuiría el agua por toda la ciudad, mediante tuberías más pequeñas.


Para ello había que extraer el agua del Gállego a través de construir un azud, a unos 18 km de la ciudad. Y una larga acequia hasta la ciudad. Y en los últimos 2 ó 3 km antes del actual Puente de Piedra, hacer un acueducto por encima de la cota 204, en lo que hoy es la calle San Juan de la Peña y la calle Sobrarbe, iniciando el sifón como mínimo a cota 204. Llegando ya en sifón al Puente de Piedra. De tal modo, que el puente sería "puente-acueducto".

Esta hipótesis tiene muchos argumentos a su favor, aunque es todavía sólo una hipótesis. 

Capacidad técnica para hacerlo, los romanos la tenían de sobra.

Los tubos de plomo se encontraron en 1805, en el lecho del Ebro, junto a la cuarta arcada del Puente de Piedra. Eran 5 tubos, que suman 17 metros. Se baraja, por ello, la posibilidad de que el sifón no discurriera por encima del puente, sino por el lecho del río. Lo cual, da lo mismo.

Su excelente estado, sin desgastes ni rozaduras, excluía que fueran arrastrados hasta allí por la corriente: debieron quedar donde fueron arrojados. Además, tenían interesantes inscripciones en latín.


El azud del Gállego sigue existiendo y en uso. Lo mismo ocurre con la acequia que llega hasta Zaragoza.

El azud hoy se llama Azud del Rabal y la acequia se llama Acequia del Rabal.


El nombre "Rabal" parece que significa "camino", porque la acequia iba muy próxima al camino de Zaragoza a Huesca.









El azud, impresionante. Y más cuando piensas en su antigüedad. Dicen los expertos que la forma y dimensiones de los sillares de piedra del azud del Rabal son característicos de la época romana, pues nunca antes ni después de esa época se fabricaron sillares como esos en Zaragoza.















Muy recomendable visita.





domingo, 1 de noviembre de 2020

Garrapinillos y su iglesia de estética románico-bizantina

Garrapinillos es un barrio rural de Zaragoza, cuyo casco urbano está muy cerca del aeropuerto y en el que abundan las urbanizaciones.

Su casco urbano me gusta. Es acogedor y bien vale la pena un paseo por su plaza de España y alrededores, por su tranquilidad, lo bien cuidado que está todo y por los deliciosos cantos de los pájaros.

Justo en la amplia plaza de España se alza la iglesia. Es cosa delicada. Construída en 1892 por el gran arquitecto zaragozano Ricardo Magdalena. La hizo por encargo del Ayuntamiento de zgz. 




Está dentro de las corrientes historicistas, dentro de una estética de orientación románico-bizantina. Me parece una preciosidad.

Está construída en ladrillo a cara vista, material muy, muy frecuente en Zaragoza en gran cantidad de edificios públicos y religiosos. Hasta tal punto es frecuente, que muchos zaragozanos que han vivido durante años fuera de zgz, asocian este material construído "a la manera zaragozana", con su ciudad natal. Quizá los que habéis vivido siempre aquí no lo percibís, pero los que hemos vivido fuera largo tiempo lo notamos mucho, pues nos trae -sin querer- dulces recuerdos de infancia.

El uso tan frecuente del ladrillo en zgz se debe a que apenas hay canteras de piedra cerca de la ciudad. Es tan frecuente, que es casi una seña de identidad de la ciudad.




Volviendo al tema de la iglesia de Garrapinillos, me encanta su linda torre de planta cuadrada rematada en un esbelto chapitel de ocho caras, rehabilitado en el año 2001.


Me parece un edificio de gran personalidad, que ennoblece mucho la plaza y también la silueta del pueblo.





Aprovechando la escapada a Garrapinillos, se puede ir a la balsa de Larralde o al -siempre interesante- aeropuerto o al Parque Lineal de PLAZA. O a todos los sitios en el mismo día. Ninguno os defraudará.