Fue una ciudad-estado, situada a unos pocos cientos de metros al norte de Botorrita. Es visible desde lejos por la cubierta que protege de la intemperie una parte de sus restos arqueológicos.
Conserva restos desde la fundación en el siglo VII a.C. de un asentamiento de la Primera Edad del Hierro, hasta su decadencia en el siglo III d.C. La ciudad celtibérica comenzó su declive, seguramente, como consecuencia de las guerras sertorianas. El momento de mayor esplendor de la ciudad tiene lugar entre los siglos III y I a.C., coincidiendo con el desarrollo de su actividad económica fundamental: la industria de tenerías.
Llegó a convertirse en un importante centro administrativo y territorial con un sistema político gobernado por un Senado y una asamblea legislativa. El núcleo urbano se protegió por medio de un importante sistema defensivo. La muralla que rodea el asentamiento presenta lienzos pertenecientes a distintas épocas desde el siglo IV a. C. al I d.C. Un foso transcurre paralelo a la muralla.
Actualmente, lo más importante allí es el llamado Gran Edificio de Adobe, donde destacan en su estructura las columnas de yeso, que delimitan un porche, es una arquitectura única en Europa que no tiene paralelos. Se considera una zona de mercado relacionada con el curtido de pieles por la gran cantidad de tenerías que se han identificado. Está protegido con una cubierta, pero el estado de abandono general nos hace temer la ruina de las ruinas.
De nuevo, en Aragón, otro yacimiento arqueológico excepcional en estado de semiabandono, situación alarmante que me desconcierta. porque la situación del enclave es desoladora. Ni se ha creado un centro de interpretación o museo que explique el yacimiento, ni se han consolidado apenas los vestigios aparecidos en el curso de los trabajos, ni casi existen publicaciones divulgativas, ni está abierto al público. Ni hay visitas guiadas.
Simplemente, el terreno está vallado y hay un panel explicativo.
De la actividad de Contrebia Belaisca son testigo cuatro bronces escritos en lengua celtíbera y en latín. Están en el Museo Provincial de Zaragoza. Uno de ellos, el llamado "GRAN BRONCE DE BOTORRITA" fue encontrado en 1970, habla del fin de un conflicto de aguas y es el texto en celtíbero más largo que se ha hallado hasta la fecha. Se data en el año 70 a.C. Vale la pena ir a verlo al Museo Provincial.
INCISO: El Museo Provincial de Zaragoza bien merece una visita. Muchos zaragozanos nunca lo han pisado. Por cierto, su escalera principal es asombrosa. Fin del inciso.
EL GRAN BRONCE DE BOTORRITA:
Aunque está en el Museo Provincial, un bello monumento levantado en el año 2014 incluye una copia del Gran Bronce. Este interesante monumento está en el paseo de Colón de Zaragoza (muy cerca del puente de la avenida de América) y recuerda el fin del conflicto mantenido entre Salduie (Zaragoza) y Alaun (Alagón) en el año 87 antes de Cristo por el derecho de aprovechamiento del agua del Jalón. Un hecho histórico conocido como el laudo de Botorrita.
Salduie deseaba captar agua del río Jalón en Alaun para construir una acequia hasta Zaragoza que suministrase agua por gravedad a la ciudad, lo que evitaría tener que estar transportando constantemente el agua desde el cauce del Ebro, que discurre a cota muy baja a su paso por Zaragoza. Alaun se opuso.
Ambas ciudades pactaron que aceptarían el laudo que emitiesen los magistrados de otra ciudad próxima e imparcial, Contrebia Belaisca (Botorrita). El 15 de mayo del año 87 antes de Cristo, los seis magistrados de Botorrita se pronunciaron a favor de los zaragozanos que, de este modo, pudieron construir la acequia, que es la acequia de la Almozara.
La sentencia ha llegado a nuestros días gracias al Bronce de Botorrita (repito: una copia de él está en el monumento), y es un edificante ejemplo de 2.100 años de antigüedad de cómo se pueden resolver los conflictos a través del diálogo.
El Bronce es la primera constatación escrita en España sobre un conflicto hídrico.