Magnífico mirador sobre las llanuras esteparias y originalísima ermita.
En el alargado promontorio donde se hallan, hay una gran balsa. Esta balsa toma el agua desde el Ebro por elevación, poniendo en regadío una importante extensión a sus pies. Esto alegra mucho la vista, no sólo por el color sino sobre todo por el gran logro que supone, tanto de la tecnología como de conseguir financiación y también de ponerse de acuerdo todas las partes implicadas. Realmente, el cambio es notable: en el centro de la Depresión del Ebro, cambia muchísimo que un campo sea de secano a que sea de regadío.
La ermita es del año 2001. Es de una sencillez bellísima, con cierto aire de vanguardia. Inspira confianza en el futuro. A tono con los nuevos regadíos de Quinto, tan prometedores ellos. Para salir con una sonrisa en la boca.
De las vistas desde el mirador, poco quiero decir aquí. Me gustaron tanto que tardé varios minutos en empezar a racionalizar y a decirme: ¡Ah, eso que se ve hacia el Oeste es Valdesimpor y Sillero!¡Ah, y eso que está por el Norte es Monte Oscuro! Y etcétera. Sin dejar de estar de estar impresionado por la grandiosidad de las inmensidades.
Los amantes de los paisajes que se divisan desde los sitios altos gozarán especialmente en este mirador.