En estos tiempos de ultra-corrección política, en donde a Humphrey Bogart le quitan digitalmente el cigarro de la boca (como si el malvado tabaco nunca hubiese existido) o "Lo que el viento se llevó" sea una peli a prohibir porque habla de amos racistas y esclavistas, sienta muy bien darse una vuelta por pueblos de colonización y contemplar las cosas desde la mentalidad de la época en que ocurrieron.
Ontinar de Salz es un pueblo de colonización. Tiene unos nada menos que 700 habitantes y pertenece al municipio de Zuera. De él me encanta su iglesia, porque es muy bonita y porque muestra muy bien no sólo cómo se concebían la arquitectura y la pintura religiosa en los años 1945-50, sino en general cómo se concebía la sociedad. Evidentemente, desde el punto de vista del bando vencedor de la guerra.
Ontinar de Salz fue el primer pueblo de colonización proyectado en Aragón por el gobierno de Franco y el sexto a nivel español. El nombre "del Salz" lo toma de la cercana ermita del Salz. La iglesia de Ontinar es un lindo edificio realizado siguiendo un estilo románico modernizado, reflejo de la arquitectura de los años 40 en España y su búsqueda de un estilo nacional, que en Aragón se busca sobre todo en el mudéjar y el renacimiento.
La iglesia es de estilo moderno y está construida en ladrillo
caravista tanto en el exterior como el interior. Tiene planta de una
sola nave jalonada de arcos para las pequeñas capillas a ambos lados. El
altar mayor está presidido por un mural -que me gusta mucho- en semi bóveda con un fresco modernista (en una época en la que el arte sacro se debatía entre la tradición y la modernidad, siendo en nuestro caso una valiente obra de José Baqué y de la empresa Arte Sacro Navarro), que representa la aparición de la Vírgen del Salz, y los hombres y mujeres en la vida agrícola de entonces.
Arte Sacro Navarro fue una importante empresa que se encargó de la realización de buena parte de las obras artísticas de los pueblos de colonización del Alto Aragón. Intentaba unificar las últimas tendencias del arte de su tiempo con un modo de hacer al más puro estilo medieval.
El franquismo tenía un importante problema estético: conjugar tradición y modernidad. Y Arte Sacro Navarro eligió un camino propio, que satisfizo mucho al Régimen.
La historia de la aparición de la Vírgen del Salz queda muy bellamente reflejada en esta pintura, la cual además ofrece un vanguardismo refinado y selecto, siempre en la línea de la severa inspiración del románico.
Con una composición triangular, Baqué sitúa en el centro a la Vírgen del Salz, sobre una nube posada en el sauce (salz) y con el niño en brazos.
Fue tal el éxito de este mural de Baqué, que llegó incluso a considerarse que este retablo era su obra más importante. Incluso, su popularidad no solo se quedó en Aragón ni en España, sino que trascendió al extranjero, ya que, en la Exposición Internacional de Arte Sacro celebrada en Roma en 1950, esta obra representó a Aragón.
El conjunto de arquitectura y pintura de la iglesia de Ontinar, tal como constata la prensa de la época, "ha sido exponente de la inquietud artística que en nuestra ciudad se respira y que en esta salida al exterior ha venido a demostrar la valía de estos elementos jóvenes e innovadores portadores de una inquietud revolucionaria, pero sujetos a la disciplina del estudio y del oficio". Los años ponen en su sitio el valor exacto de estas palabras.
En la plaza de la Iglesia se levantó en el año 2006 el monumento al
Colono, obra de un escultor local, y que representa a los
hombres y mujeres que a partir del año 1946 comenzaron a habitar y
cultivar las tierras de Ontinar.
En la fachada de la casa consistorial, está esta placa que recuerda el origen del pueblo: