También se puede usar la línea de autobús 604 Zaragoza-Garrapinillos en su expedición que llegue a Torre Medina (pedanía de Garrapinillos).
La balsa de Larralde está justo al lado de la barriada de Torre Medina.
Un singular complejo lagunar
Hasta mediados del siglo XX y localizado fundamentalmente entre Garrapinillos y Casetas, existió un complejo de decenas de humedales, fruto de las numerosas dolinas aluviales -disolución de yesos del subsuelo- existentes. Desde los años 60, el área fue masivamente urbanizada, por su proximidad a zgz. Inmersos en una maraña de urbanizaciones, polígonos industriales y carreteras, casi los últimos enclaves que aun permanecen son los "Ojos del Cura", los "Ojos del Fraile" (ambos en Casetas) y la Balsa de Larralde (en Garrapinillos).
Larralde, un humedal en la huerta
La Balsa de Larralde es un humedal de carácter permanente, que se encuentra inmerso en una gran zona de regadío -hecho que determina su funcionamiento hidrogeológico- como es la famosa huerta de Garrapinillos. Se trata de un terreno público (titularidad de la CHE) de 4 hectáreas de extensión (o sea, 8 campos de fútbol). Hacia mediados de los años 90, se encontraba en un estado de abandono total, con un hábitat profundamente alterado.
Una antigua explotación de arcilla
Esta Balsa es artificial, remontándose su origen hasta la segunda mitad del siglo XVIII, En este lugar existió una explotación de buro (nombre aragonés) o greda (nombre castellano), una arcilla ideal para el revestimiento del Canal Imperial, que entonces se encontraba en construcción. Tras el abandono de la cantera, la cubeta resultante se fue naturalizando hasta convertirse en un humedal, por afloramiento de aguas subterráneas. Profundidad máxima: 5 metros.
Un mosaico de ambientes
La zona central de Larralde presenta aguas libres (o sea, sin plantas emergentes) debido a la profundidad existente. Al final del invierno -con el descenso del nivel del agua- quedan al descubierto las playas limosas. Por detrás de éstas, el carrizal, que es un espeso cinturón de vegetación acuática emergente, compuesto principalmente por Carrizo y Anea. En la orilla Este, existe una pequeña muestra de prado húmedo. Por último, las choperas.
El nivel del agua alcanza su máximo al final del verano, porque al ser una zona de regadío es en esa época cuando más se riega y por tanto, cuando el nivel freático está más alto. Y el nivel mínimo es al final del invierno, que es cuando menos se riega. Justo al revés que lo que sería en una zona mediterránea "de secano", es decir, sin interferencia del regadío.
Pequeño refugio de biodiversidad
Entre los seres vivos que Larralde acoge, lo más sobresaliente son las aves acuáticas y palustres.
El declive de los anfibios
Ranas, sapos y tritones son animales inofensivos, víctimas en ocasiones de su aspecto poco atractivo. En los últimos años están sufriendo en todo el mundo una drástica reducción de sus poblaciones. Causas: destrucción de los hábitats acuáticos, suelta de depredadores desconocidos (Cangrejo americano, Galápago de Florida,...), atropellos en carreteras, contaminación de las aguas, cambio climático...
Las especies exóticas invasoras
Son aquellas que no siendo parte integrante de la flora y fauna autóctonas, han sido introducidas por el hombre deliberadamente o de forma accidental. Entre la fauna de Larralde, se citan al menos: Gambusia, Carpa, Cangrejo Rojo de las Marismas, Galápago de Florida... Este fenómeno supone una de las causas principales de extinción de especies a escala mundial.
El proyecto de restauración y gestión
Desde 1995, ANSAR viene desarrollando en Larralde un proyecto de restauración y gestión, merced a la firma de un acuerdo de colaboración con el organismo de cuenca (la CHE), trabajándose en aspectos como: retirada de escombros y basuras, reforestación, control de especies exóticas, calidad del agua, suavización de pendientes en orillas, manejo del carrizal, prevención de incendios, labores de mantenimiento,... habiéndose alcanzado ya importantes logros.
La CHE y ANSAR han hecho allí una tarea delicada y exquisita. Mi sensación al visitarlo fue de entrar en un sitio de una gran pureza. Algo extraordinario.
Lo he visitado en septiembre, con las aguas altas. ¡Qué gusto ver aguas tan cristalinas! La sensación que me dio fue magnífica. ¡¡Olé por este sitio!!
Hay un muy interesante trabajo de investigación de los humedales de esta zona:
Juan Pablo Castro y Óscar Torrijo (2009). Los humedales del aluvial del Ebro. ANSAR
https://jolube.files.wordpress.com/2010/03/humedales_aluvial_ebro_ansar_2009.pdf